La noche del 25 de enero viví la magia de la poesía en la Librería Café Alejandría de Azuaga. Esta magía existencial es una realidad sentida de la que difícilmente se puede dar una explicación. Yo no soy capaz. Sí, puedo decir que el cariño y la maestría de Efi Cubero marcó ese tono de lo excelente; que la acogida de Manolo Calero, el librero de Café Alejandría, su amabilidad ayudó a crear el ambiente sereno de un encuentro maravilloso; que la visita de amigos escritores de Córdoba,Jose Miguel, Miguel, Diego y su mujer, capitaneados por Fermín Castro, elevó a la enésima potencia esa maravilla del sentimiento; que Gema y Rodrigo estaban ahí haciéndome sentir sencillamente humano; que el público, numeroso, se entregó a la escucha atenta y generosa creando una corriente de lo sincero que estos eventos deberían tener y que no siempre tienen.
Gracias,gracias a todos.
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