Tenía esa luz pegada, esa misericordia
de los colores que hace diferente la tarde.
Tenía el perfume de la piedra entre mis manos
y guardé el solemne silencio que aminora la distancia
entre el abismo y la eternidad. Todo lo tenía.
Foto de Carlos Rivero
2 comentarios:
Maravilloso. Tiene el poder de hacerte sentir la magia de ese instante, de trasladarte a esa luz.
Un abrazo.
Ana Mª Castillo Morneo
Precioso poema Tino. Expresa más que la imagen....
Gracias ,gracias,gracias.
Un abrazo.
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