Nunca me fue tan blanda el agua,
este vestido blanco
que comparto con la orilla. Nunca
tan sencilla esta piel
llena de remansos
infinitos que busca el horizonte.
Nunca tan cálido este fluir de
tus manos que me lleva
mansamente, en la corriente de las horas.
Nunca.
Foto de Carlos Rivero
2 comentarios:
Bello ,bello...
Gracias por todo.
Carlos
4Suave poema...qué bien se lee...
un abrazo Tino
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