Un trazo firme, huella de barro
y hojas,
un sueño, recorre esta carne
extraña
que se disfraza de días y suena a
voces.
Barro y voces que transitan este
camino
sugerido en la carne, siempre
extraña,
en el límite del sueño y del agua.
Y en el verde, que desprende luz,
la misericordia del río, un eco
blando
que arropa las huidas del alma.
Foto de Carlos Rivero
1 comentario:
Jolín Tino!...Pero ¿cómo un atrevimiento?...atrévete muchas veces a escribir cosas como ésta...
Es profundo como el tunel de la arboleda.
Gracias y un abrazo.
Publicar un comentario