SUEÑO gestos imposibles
mientras el hombre sigue siendo “un lobo
para el hombre”. Sueño utopías, desde mi pacifico espacio dando color y
palabras a la guerra. Sueño un mundo
lejos del sueño del pobre, del
desheredado que habita las fronteras de la vergüenza, en la tierra de los
hartos. Sueño otra forma mejor de
vivir, sin reparar en el sueño de los que sufren la miseria. Y así, me avergüenza soñar.
Sueño sin saber escribir el
mejor poema, ese que denuncie lo injusto y quiebre el cinismo y la estupidez humana. Sueño absurdos versos que no dicen nada
y pretenden decirlo todo. Sueño con
metáforas que disimulan el miedo; con verbos en complejos endecasílabos que no
son más que garabatos de papel. Descubro que no sé soñar.
Sueño, y no salvo el
hastío y la mentira. Sueño, y no alivio este árido paisaje del dolor. Sueño,
pobre ilusión, incapaz de salir de este cínico
infierno de la rutina. Sueño, imposible no soñar.
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