Ecos del
barro y de los juncos, de ligeros matorrales
que espejan la orilla de aquel Paraíso que anida
en el deseo.Ecos de brisa, de tarde agostada, ecos
que espejan la orilla de aquel Paraíso que anida
en el deseo.Ecos de brisa, de tarde agostada, ecos
de extraños sonidos que hablan de tierras lejanas,
de otro río, que conducen a las aguas primeras
del misterio grabado en mi carne. Ecos.
Foto de Carlos Rivero
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