Camino, que hiere la sombra vertical
de las ramas con un pulso de soledad
que acerca a la muerte. Como ese andar
lento del alma que
envidia el rumor del agua
y se cuelga de otro sol, de otra
marea sin nombre
que espesa la angustia en las
horas que pasan.
Camino de brumas, a veces, trozo de cielo;
otras, formas gigantes. Siempre, camino.
¿Cómo olvidar esta
multitud de razones
que invaden el alma?
¿Cómo poner nombre
a cada camino, a cada sol, a cada momento?
Foto: Carlos Rivero
2 comentarios:
Tino, la verdad que esa gélida mañana y en el instante de la foto llegué a sentir una placentera "soledad que acerca a la muerte"...
Un abrazote.
Me gusta esto de placentera soledad y más cuando dices que acerca a la muerte que es como decir que era como algo total y último. Gracias `por tu comentario. Un abrazote amigo. Sigue en pie lo de tomar una cerveza...Un abrazote.
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