La tenue luz de las farolas
anuncian la magia de la noche
envolviendo
el vértigo de las palabras.
Desnudos ante el verbo
dejamos que la emoción fluya
con el sentido animal
que aturde a la razón.
Farolas,
ese artificio de luz
que resbala
por los rincones de la calle.
Faros en un mar de obscuridades
que inunda las aceras.
Y tú ahí en ese punto de claridad
que me salva del temor.
No hay miedo
en esta aventura de la noche,
donde los abrazos
alejan las dudas.
Farolas, luces que recuerdan otras
que la distancia no apagan.
Cuántos deseos de luz
arrastrando la maldad del cotidiano...
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