domingo, 10 de agosto de 2014

En frascos de cristal...

                                                        



Miro el silencio de las horas
que pasan en brazos de la angustia.
La ansiedad me cuelga de los brazos,
estos que otras veces arroparon tu cuerpo.
Las palabras por decirnos se agolpan
hasta levantar un muro de impotencia.


Abro de par en par las bloqueadas puertas,
para que tu mensaje llegue sin torpezas
y el amor no muera en el centro de las normas
aprendidas; sin miedo, descanses junto a mí 
mientras soñamos con Santorini, 
esa utopía que nos enamora;

y así vivir fuera de inútiles costumbres 
encerradas en frasco de cristal.


Espero que la risa de otros días vuelva
con vestido nuevo; que la emoción
navegue en medio de las horas difíciles;  
que la vida brote entre las cenizas del dolor.
Te espero, como siempre, 
a la puerta de casa. Espero. 




1 comentario:

Carlos Rivero. dijo...

Iriste pero bello poema.
Un abrazo.

MIS VISITAS AL MUNDO

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Tiene Lisboa sonidos de agosto