La memoria acelera el sufrimiento
al pasar, tan solo un día, bajo el palio
del silencio. Donde hubo promesas
ahora hay vacío.
Estás tan presente
que no dejo que el recuerdo
me explote en los labios
todavía con la huella de los tuyos.
Tu ausencia se agranda al pasar
el tiempo, con ese punto de impiedad
que empuja a morder la
almohada
intentando rescatar el sentir de tu carne.
Y mientras la memoria juega con los hados
tu sombra dibuja los rincones.
Solo, ante la luz de tus cosas,
me siento incapaz de borrar atardeceres.
¿Cómo remediar lo mal hecho ?
¿Cómo hacer el amor sin estorbar al vecino?
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