Qué intensa esta distancia que rompe
la bondad de lo vivido.Llueve azul
en los ruidos de la calle.
Tú, sigues en el otro lado.Yo,
espejando los problemas.
la bondad de lo vivido.Llueve azul
en los ruidos de la calle.
Tú, sigues en el otro lado.Yo,
espejando los problemas.
No es fácil mirar el pasado. La tentación
del olvido sobrevuela el sentimiento. Vivir
en este sin-palabras es un infierno consentido
que almacena culpas y hormigas en la garganta.
Los silencios evidencia una huida absurda
de la luz.Las sombras de lo incierto dejan
el rastro de un hedor insoportable. La claridad
nos persigue para cerrar página o seguir en ella.
En los días que pasan se acumulan demonios.
Tantos demonios que mover los muebles
parece un sacrilegio. Mejor no hacer mudanzas
en estos tiempos de lluvia. La casa no está anegada.
Y en medio de los días y de los silencios que matan
y de los olvidos, y con demonios o sin ellos, confieso
creer en la bondad de lo vivido; y en tu palabra,
ahora con la mordaza de la confusión y el pánico;
creo en la utopía, no en la estupidez; y en las renuncias
que nos mantiene vivos. Creo en ti y en mí mirando
de frente y con los días inseguros a la espalda; creo
en las batallas por ganar; y en lo humano, no en la guerra,
ni en la puta basura de los poderosos. Creo
en el grito de los barrios; y en el rap de los humildes
en el grito de los barrios; y en el rap de los humildes
y en las ganas de vivir; creo que , después de la lluvia,
los atardeceres tendrán el color de la vida.
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